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Montessori en el Hogar: Cultivando los Derechos de la Infancia

A menudo, pensamos en ellos como conceptos formales, escritos en un papel. Pero en nuestro día a día, en el jardín y en casa, esos derechos se convierten en acciones de amor que nutren el alma de nuestros pequeños.

Recordemos que darles un ambiente seguro y feliz va más allá de lo material. Se trata de respetar su esencia y de acompañarlos en su crecimiento con amor.

  • El Derecho al Juego y la Magia de Aprender

El derecho a jugar no es un capricho, es una necesidad fundamental para el desarrollo. A través del juego, los niños exploran el mundo, aprenden a socializar, a resolver problemas, a ganar y a perder. En nuestro enfoque Montessori, el juego es el “trabajo” del niño. Cuando un niño elige una actividad libremente y se sumerge en ella con concentración, está construyendo su propia confianza y conocimiento.

¿Cómo lo vivimos? En el jardín, creamos un ambiente preparado con materiales que invitan al descubrimiento. En casa, podemos ofrecer un espacio con opciones seguras, donde puedan construir, imaginar y crear libremente.

  • El Derecho a Opinar y ser Escuchado

Los niños tienen una voz, y su opinión importa. El derecho a ser escuchados les enseña que son valiosos. En la disciplina positiva, este principio es clave. Creemos que al respetar la opinión de un niño, lo empoderamos y construimos una relación basada en la confianza y el respeto mutuo.

¿Cómo lo vivimos? En el jardín, los invitamos a expresar sus ideas y sentimientos por medio de espacios de socialización llamados asambleas infantiles.  En casa, podemos darles opciones sencillas: “¿Quieres usar la camiseta azul o la roja?”. Permíteles expresar sus gustos y disgustos, y si no estás de acuerdo, responde con respeto: “Entiendo que no te guste, pero por ahora es importante hacerlo. ¿Podemos encontrar una forma divertida?”.

  • El Derecho a la Salud y el Bienestar

La salud de nuestros pequeños es nuestra prioridad. Este derecho va más allá de las visitas al médico y la nutrición; incluye la seguridad emocional y el bienestar general. Al crear un ambiente donde se sienten seguros, protegidos y amados, fortalecemos su salud mental y física.

¿Cómo lo vivimos? En el jardín, nos aseguramos de que el ambiente sea higiénico y seguro para el juego, además contamos con un equipo interdisciplinario que hace seguimiento a al crecimiento físico, mental e integral de nuestros niños y niñas. En casa, podemos establecer rutinas de sueño y alimentación, y asegurarnos de que tengan un espacio de calma donde puedan descansar y procesar sus emociones.

  • El Derecho a Vivir en Familia y Sentir el Amor

Sentir el afecto de su familia le da al niño una base de seguridad inquebrantable. Aunque las familias se vean diferentes, el amor y la conexión son lo que realmente importa. El derecho a vivir en familia se trata de asegurar que los niños se sientan amados, vistos y protegidos por las personas que más quieren.

¿Cómo lo vivimos? Al dedicar tiempo de calidad, escucharlos de verdad y darles un abrazo sin razón aparente, les recordamos que son amados incondicionalmente.

En Magical Journey, creemos que estos derechos no son solo una lista, sino una forma de vida. Cada abrazo, cada juego y cada “te escucho” son un acto de amor que nutre el alma de nuestros niños. ¿Qué derecho de tu hijo te gustaría celebrar cada día?